Las noticias de estas semanas giran en torno a las próximas elecciones en Italia, y lo que podría significar para el futuro del euro.
Sin embargo, pocas historias hacen referencia a lo que está ocurriendo por dentro del sistema monetario en Europa: se está reduciendo la hoja de balance y por tanto el tamaño en activos que ostenta el Banco Central Europeo (BCE).
La Reserva Federal de EE.UU. ha estado poniendo de su parte para inflar el sistema bancario, más concretamente con su programa recientemente anunciado para comprar $ 40 mil millones por mes de valores respaldados por hipotecas (MBS).
Mas el saldo total de la FED de $ 3,02 billones palidece en comparación con el tamaño del balance del BCE, que equivale a $ 26 billones a diciembre de 2012.
Mientras que los fondos de la Reserva Federal han aumentado un 6,7% desde la conferencia de Jackson Hole de septiembre 2012, la contracción del balance del BCE durante ese mismo período de tiempo tiene más que compensado la impresión de dinero de la Reserva Federal.
La razón por la que esto es importante es porque hay una correlación muy fuerte entre el tamaño combinado del BCE y de la Fed con los movimientos de los mercados de valores del mundo. Cuando las hojas de balance están creciendo, es un factor alcista para los precios de las acciones.
Cuando los balances dejan de crecer o empiezan a disminuir, las cosas se suelen complicar. Episodios anteriores de reducción en los balances en 2008, 2010 y 2011; todos se asociaron con grandes caídas en los índices SP500 y otros. En 2013 se pone en marcha el mismo patrón, pero tenemos al SP500 que sigue desafiando a sus máximos de 2007 que son en realidad sus máximos históricos, pero lo hace cuando el tamaño del balance general combinado no ha ido en aumento.
Esto crea un un dilema analítico. ¿Podrá la economía mundial finalmente marchar por su cuenta sin un estímulo por parte del banco central? ¿O es sólo otro ejemplo de lo que vimos a principios de 2010, cuando el mercado de valores marcaba máximos propios de un exceso después de que el grifo se cerrara?
En el ejemplo de 2010, lo que resultó tras cerrar el grifo fue la aparición del Flash Crash en mayo de 2010 y una nueva bajada en julio de 2010, después de que el mercado de valores comenzara de nuevo su ascenso tras anunciar la Fed su famoso programa QE2, y cuando el BCE intervino con un estímulo monetario similar.
Así que apostar por la hipótesis de que el mercado de valores podrá volar por su cuenta, es como afirmar que «esta vez será diferente», una de las frases más peligrosas para los inversores.
Tom McClellan
Editor del McClellan Market Report
Traducción libre por Javier Alfayate y para los lectores de accionesdebolsa.com