¿Para qué ganar trillones cuando podríamos ganar billones?

Esa conocida frase del Dr.Maligno es lo que últimamente se debe estar escuchando en el circo político en que se ha convertido Washington. En el horizonte y no tan lejano asoma otro problema: el techo de deuda. Las deudas federales rozan ya el límite legal establecido por el Congreso y para evitar otro abismo al Tesoro se le podría pedir que acuñe una moneda de platino por valor de un billón de dólares, cerca de 750.000 millones de euros, la cual custodiaría la Reserva Federal.

Esta petición ha sido firmada ya por más de 6.000 personas entre ellas por el nobel Paul Krugman. Pero para que el presidente Barack Obama pueda responder esta petición, se deben recoger 25.000 firmas antes del 2 de febrero. La solución de la moneda del billón de dólares (millardo en los estándares europeos) según sus defensores es rápida y sencilla. Y aunque muchos la ven como una medida sin efecto y extrema, comentan que “no es más absurda que jugar a hacer política poniendo en riesgo la economía de EE UU y la global”, al estilo Maligno.

El límite de endeudamiento está en los 16,4 billones y se rebasará en entre febrero y mediados de marzo. Este techo suele ampliarse sin problemas, pero el mismo debate se vivió en el verano de 2011 y finalmente terminó con acuerdo in-extremis y una bajada de nota de la agencia de calificaciones Standard & Poor’s.

Pero aquí es donde viene el artificio de todo esto. Como bien debe estar planteándose el lector, ¿cómo sería posible que una sola moneda del metal más preciado pudiera tener un valor de 1 billón de dólares? Bienvenido al mundo de la ingeniería financiera. Harían falta unas 641 millones de onzas de platino, pero eso equivaldría a acuñar una única moneda con un peso de unos 20 millones de kilos, no sería posible. Ahora entraría en juego el Tesoro y sus poderes especiales y cual piedra filosofal convertiría una moneda de un par de decenas de miles de dólares (como mucho) en una de un billón de dólares. El Tesoro pondría el valor facial que considerase oportuno y ¡tachán! esa moneda pasaría a valer lo que estuviera grabado en su cara.

Por tanto anoten en su calendario el día 1 de marzo como la fecha del nuevo precipicio fiscal. Geithner, Secretario del Tesoso de EE.UU. asumió el cargo en plena crisis financiera, y se irá muy probablemente a final de enero en el apogeo de la crisis fiscal.

Publicidad

4 responses to “¿Para qué ganar trillones cuando podríamos ganar billones?

  1. Javier, ¿hay una explicacion racional desde el punto de vista fundamental al pesimo comportamiento del sector utilities de Europa?

    Es un sector que logra beneficios, defensivo, en USA lo hace bien…No lo entiendo

    1. Para Luis: Sólo se explica por el parón nuclear y la incertidumbre de las primas a las renovables.

      Sin embargo las gasistas van como un tiro.

  2. ¡¡¡Parece de risa!!!
    Todo esto me parece lo mismo de siempre… Tengo un problema delante de las narices y, en lugar de tratar de atajarlo, voy a darle una patada hacia adelante (ganando tiempo) hasta que venga otro que lo solucione. En fin…
    Después somos los especuladores los culpables de los cortos… jejeje…
    Gracias por comentarlo Javier y el rojo ya está puesto en el calendario… 🙂
    Saludos!!!

Comments are closed.