Las empresas de EE.UU. registran beneficios récord

Hoy elEconomista.es y el blog de Ed Yardani hacen referencia a las cifras de beneficio de las empresas en EE.UU. Las empresas de EEUU lo están haciendo mejor que nunca. Desgraciadamente, este éxito significa muy poco para el resto de la sociedad estadounidense. Es verdad que ha supuesto un gran alivio para la bolsa, pero no ha generado una expansión de la inversión que pueda crear más empleo en el futuro. Recuerde que la bolsa descuenta expectativas futuras y no situaciones del presente.

    Los beneficios después de impuestos de las empresas no financieras se dispararon a un récord del 11,4% de la renta nacional en 2011. En los 11 trimestres desde que acabó oficialmente la recesión, los beneficios han supuesto como media el 10,8% de la renta nacional. Desde 1947 hasta 1999, esa ratio nunca había superado el 9%. Si eres una empresa, este es el mejor de los tiempos.

    El retorno de la inversión también está en máximos históricos. Los beneficios netos de las empresas no financieras han subido hasta el 14,7% del coste de los activos tangibles, el doble de donde se encontraban en los 80. Si usted cree en los economistas de la oferta, sabrá lo que se supone que viene a continuación: un crecimiento nunca visto. En teoría, el incremento del retorno sobre la inversión debería proporcionar incentivos para conseguir incluso más inversiones. Pero sabemos que eso no ha pasado.

    Pero en vez de reinvertir estos beneficios en más activos productivos, las empresas han devuelto a sus accionistas la mayor parte de los 1,5 billones de dólares que ganaron en 2011, mediante dividendos y recompras de acciones, o bien los han acumulado en reservas para tiempos peores. En 2011, las empresas autorizaron unos 540.000 millones en compras de acciones propias y pagaron casi la misma cantidad en dividendos. Al mismo tiempo, las empresas financieras tenían 1,7 billones en activos líquidos en sus balances.

    En la mayoría de los años desde 1940, el gasto de inversión de las empresas ha superado su cash flow interno, lo que significa que tomaban prestado dinero y captaban capital externo para financiar sus inversiones. Ahora eso se ha dado la vuelta: las empresas son prestamistas netas, no prestatarias. Es decir, pueden ser intensamente rentables, pero no tienen ideas rentables respecto a qué hacer con las grandes sumas que ganan. Los accionistas de las empresas se están haciendo ricos, pero harían bien en preguntarse de dónde van a venir los beneficios el año que viene o los de la década que viene.

    Fuente: elEconomista.es

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