El ‘Modelo K’ es aplaudido por economistas críticos

Fuente: elMundo.com

Hoy traigo un artículo de opinión sobre las medidas económicas de la presidenta argentina. ¿Milagro o ilusión?. A continuación el artículo: «Durante un recorrido por la Avenida General Paz, la ministra de Obras Públicas, Cristina Álvarez, observó el calvario de quienes deben transitar por la ruta más congestionada del Gran Buenos Aires. Los vehículos avanzan –cuando avanzan- a paso de tortuga y la desesperación de los conductores se puede palpar en el aire saturado de emisiones tóxicas.

    Sin restarle gravedad al problema, la ministra recomendó a sus acompañantes que vieran la otra cara de la moneda. Que gracias al modelo económico del Gobierno –el así llamado ‘Modelo K’- la compra de automóviles cero kilómetros ha crecido en los últimos nueve meses en un 30% y de vehículos comerciales en 16%. «El auto propio ya no es un sueño para el argentino de bajo poder adquisitivo», sentenció Álvarez.

    El boom del consumo tiene hechizados a los argentinos. Desde el 2009 a esta parte, los supermercados aumentaron sus ventas en 60% y los grandes centros comerciales, en un 45%. En el mismo período, el crédito para el consumo de bienes muebles (como los electrodomésticos) aumentó en 43%.

    Para la presidenta Cristina Fernández, esos guarismos sumados al crecimiento del PIB que ha promediado el 8.4% en los tres últimos años «hacen de Argentina un faro de luz para los países desarrollados, cuyas economías van de tumbo en tumbo».

Un modelo aplaudido en el mundo

    Se hace difícil contradecirla, pues a contraluz de la crisis mundial, el ‘Modelo K’ (de Kirchner) ha ganado adeptos nada menos que en Estados Unidos, de donde siempre le llovieron las más ácidas críticas. Comparando las medidas de austeridad que adopta el país del norte con las que Argentina aplicó para salir de la crisis del 2001, Ian Mount, columnista del New York Times afirma que «el recorte extremo en una economía estancada, sólo inhibe el crecimiento. En ese sentido, Argentina nos aporta una valiosa lección».

    Joseph Stiglitz, Premio Nobel de Economía, también destaca el dinamismo de la economía argentina, aunque advierte del riesgo que implicaría su dependencia en las exportaciones de granos, sobre todo de soja. El 42% de las áreas sembradas en este país se destinan a la oleaginosa, cuya producción alcanzaría este año los 49,6 millones de toneladas. Cristina, como lo era esposo, es una fan declarada del economista norteamericano, pero quien se puede resistir a latentación del monocultivo cuando la soja cotiza a más de 500 dólares la tonelada.

    Para los adversarios del Gobierno, el inopinado entusiasmo de los observadores extranjeros –de los países en crisis- hacia el ‘Modelo K’ es comparable con el que siente una persona extraviada en el desierto ante el espejismo de lago de agua cristalina.

Críticas de la oposición

    Según Eduardo Duhalde, candidato a la presidencia por el Frente Popular, el equipo de Cristina ha incorporado la inflación a su estrategia de crecimiento, con una frivolidad que dejaría pasmados a quienes aplauden su logros a la distancia. De acuerdo con el Instituto Nacional de Censos y Estadísticas (INDEC), que ha perdido su credibilidad desde que fue intervenido por el Gobierno, el 2010 cerró con una inflación del 10%, mientras que para las consultoras privadas, la tasa inflacionaria fue de un 30%.

    Jorge Todesca, uno de los expertos que trabajan para el Movimiento Productivo Argentino (MPA), el ‘think tank’ de Duhalde, afirma que en vez de combatir la inflación, el Gobierno se conforma con mantenerla a una tasa «razonable», con un techo del 25% anual. «El truco funciona gracias a que los trabajadores consiguen aumentos salariales y a que los empresarios logran mantener los márgenes de utilidad, trasladando el coste de los insumos a los precios. Es así es como la economía se convierte en una olla a presión», afirma Todesca.

    En cuanto a la milagrosa recuperación que tuvo Argentina después de la crisis del 2001, Duhalde señala que fue bajo su mandato, entre enero del 2002 y mayo del 2003, que el país logró ponerse de pie y sentar las bases para el crecimiento que vino después.

    Al igual que el ex presidente Duhalde, Ricardo Alfonsín, candidato de la Unión para el Desarrollo Social (UDESO), sostiene que el ‘Modelo K’ no encierra otra ventaja que la de aprovechar la alta cotización de los ‘commodities’ agrícolas, sustentada por la voraz demanda del mercado chino. Hermes Binner, abanderado del Frente Amplio Progresista (FAP), enfoca sus críticas en «el sistema indiscriminado de los subsidios«, por medio del cual el Gobierno «paga las cuentas de gas, electricidad y combustible de los sectores acomodados».

    En el 2010, el estado desembolsó 14.000 millones de dólares para subsidiar la energía, el transporte y los alimentos, con lo cual se esfumó el superávit fiscal y la Argentina entró en una fase deficitaria. Para el socialista Binner, como para los otros candidatos opositores, el principal desafío de un gobierno alternativo sería establecer criterios diferenciados para distribución de los subsidios y… curar a los argentinos de su adicción –inducida por la presidenta- al hiper-consumo.»

    Desde mi punto de vista, crecer en base a un modelo inflacionario no es nada bueno, aunque sí socialmente admitido y tolerado. Es por esto, que mientras el precio de las materias primas agrícolas ha ido subiendo, todo estaba OK, para su bolsa, para su economía etc… pero como con otros países exportadores de materias primas de la zona, esto puede complicarse en próximos meses, y todo este problema podría venir desde China, su principal cliente.

 

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